cultura y metate

domingo, 12 de junio de 2016

La Gastronomía Subversiva

El retomar este espacio fue sin duda un intento mediante el cual se quiere reflexionar el papel de la gastronomía como elemento primordial en la construcción de la identidad individual y colectiva, como un elemento aglutinador cultural mediante el cual nos vemos reflejados y encontramos el por que de nuestro ser.

Ya sea por la etnicidad, clase social o religión, la sociedad mexicana se divide y encuentra en ella conflictos y contrastes extremos pero hay dos factores que nos unen como mexicanos. Dos elementos que nos ayudan a identificarnos como iguales y que han ayudado a conservar estabilidad y hermandad frente a la constante confrontación en la cual nos encontramos: la selección nacional y la gastronomía nacional.

El peligro en el cual nos encontramos como nación ( aparte de la corrupción sistemática de la clase política y de la violencia producida tanto por el terrorismo de Estado y del narcotráfico) es la amenaza de desconstrucción de nuestra tradición gastronómica. Este punto es terrible para lo mas profundo de nuestro ser como mexicanos. El peligro en la cual se encuentran las comunidades mas marginales frente a la concepción del individuo universal construido por el capitalismo corporativo obliga a que la izquierda demande la salvaguarda de los productos nacionales como una acción subversiva y es el deber el cocinero mexicano ser el defensor primero de nuestras tradiciones y por lo tanto de la identidad nacional.




La cultura es un elemento social que debe ser siempre ocupado, reconstruido y difundido dentro de la comunidad con fines práctico y por el bien de la nación. La experiencia mexicana durante el sexenio de Lázaro Cárdenas con el Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, fue extraordinaria. El Secretario de Educación apoyo a los muralistas mexicanos y consiguió que estos construyeran mediante el arte la identidad mexicana posrevolucionaria. Se encargo este movimiento de mostrarle a las masas de una manera didáctica el ayer y el hoy de México con el sentido de lo que debía de ser en el mañana la nación.

Vasconcelos vio la necesidad urgente unificar la identidad de la heterogénea sociedad mexicana poniendo fin a la confrontación y la violencia mediante la cultura y la promoción ideológica de la revolución en espacios públicos. La diferencia con la situación del México posrevolucionario al México actual no es muy lejana.

No es una oposición al universalismo como tal sino a la desterritorialización en pro del capitalismo corporativo  . Dentro de la defensa de lo propio y de la salvaguarda local existe la construcción del universalismo. Por ejemplo el Estado de Haití se autodefine como un Estado Negro, no teniendo en cuenta el color de la piel de sus ciudadanos todos son negros.
Frente a los distintos factores que nos enfrentan en la sociedad es el maíz, la milpa lo que nos define como seres. Lo que nos dio nacimiento como sociedad en el pasado, lo que nos identifica como connacionales en el presente y lo que nos debe de unir en contra de los transgénicos en el futuro (no muy lejano).

No solo es un elemento aglutinador dentro del territorio nacional, si no que es un elemento de aproximación para nuestros paisanos que emigraron por quienes por razones de emergencia económica o física tuvieron que abandonar el país. Es un elemento que nos conecta con todos aquellos que están fuera pero que permite reintroducirlos en nuestro imaginario cultural, generando así un vinculo espiritual con la Raza.

La gastronomía nacional es como si la sociedad mexicana se asomara al espejo de Tezcatlipoca. Es un claro reflejo de nuestra sociedad. Cada plato que se va perdiendo es una pieza del complejo rompecabezas del ser mexicano que se pierde. Un elemento de nuestra historia como nación que queda en el olvido.

Hay que potenciar acciones particulares para poner en marcha cuestiones mas generales en vías de discusión. Elementos que parecen inocentes, como la gastronomía, deben ser por lo tanto tomado por nosotros como demandas indiscutibles contra los poderes reinantes y aprovechando el caos de las propias contradicciones del capitalismo conseguir reorganizar nuestra identidad nacional y conseguir nuestra revolución social.



    

sábado, 21 de mayo de 2016

Gastronomía viva.


La narrativa que construimos sobre quienes somos siempre recurren a distintas formulas pero se asientan en hechos fundamentales que no pueden ser omitidos gracias a la fuerza que estos dan a la identidad nacional. Estos elementos, que aunque no forman parte de la narrativa oficial, nos muestran con una fuerza desgarradora el verdadero ADN de nuestro ser. Así aunque los mas liberales les cause un repulse la obra marxista de Diego Rivera, aunque diputados y senadores de la nación se inclinen ante el Papa Francisco I en su visita oficial a México, aunque la burguesía desconozca su patrimonio africano e indígena y se asienten en la herencia europea para reforzar la hegemonía política del poder blanco, hay un elemento al cual no pueden cambiar y acentúa nuestro mestizaje cultural, religioso y político: la gastronomía.

Antonio Gramsci sostenía que “los dispositivos de convencimiento que sirven para asentar las claves de los relatos hegemónicos son culturales”. Sin duda nuestra gastronomía a lo largo de nuestra historia como mexicanos ha sido el dispositivo cultural mas importante. Desde los mitos sobre la creación del hombre en la mitología mexica o maya, pasando por la vida cortesana del Virreinato hasta la construcción del México independiente, la gastronomía ha estado siempre presente.  Hoy en día siendo un país azotado por el consumismo mas irracional, nuestra cultura se resguarda en el maíz, en la calabaza, en el frijol y en el chile para hacer frente al discurso de la globalización resguardando lo mas profundo de nuestras raíces.

La comida y la hospitalidad son dos elementos que nos han definido con mayor fuerza en la actualidad y son al mismo tiempo dos elementos que impulsan nuestra economía y refuerzan la marca México.El muralismo después de la revolución sirvió para que los mexicanos y los extranjeros descubrieran la mexicanidad perdida durante el afrancesamiento del porfiriato. Hoy es la gastronomía la que ha tomado esa tarea con una fuerza mayor.
Y es aquí donde el papel del cocinero mexicano toma un papel crucial. Ese papel pasa por las siguientes :

 ·Potencializar a los pequeños agricultores.
· Incentivar las técnicas nacionales.
· Investigación histórica.
· Defender y rescatar las gastronomía tradicional y regional.

Existe una parte aún mas preocupante y sin duda tiene que ver con este ultimo punto. Nuestra cultura gastronómica descansa en la ritualidad. Cuando una cocinera tradicional trabaja el maíz en el metate esta haciendo una reverencia a la tierra y dando gracias por lo que le dio, cuando una monja realizaba un suspiro o un bienmesabe esta bajo una catarsis sexual. Esta ritualidad esta en peligro. El comer ya no es un valor en el mundo occidental, es una comodidad.

El mexicano de hoy no hace un esfuerzo para entender la diferencia entre valor y precio. La obsesión del precio como una forma de denostar una mayor estatura económica o de escalar dentro de la pirámide de clase ha hecho que el valor de la gastronomía tradicional haya perdido terreno. 

Nuestra cocina siempre ha necesitado por lo tanto de los indígenas dentro de ella para la conservación y desarrollo de la misma. Teniendo un vinculo sagrado entre los dos. Por lo cual cuando hablamos de ella hacemos una referencia directa a los pueblos que conforman México y a su idiosincrasia.  Mientras que el resto de las estructuras culturales en México se sustentan en las multinacionales, la industria y el gobierno, el punto neurálgico de la gastronomía mexicana reside en el orgullo que siente el indigenismo dentro de la comunidad. Ellos no son los últimos, son la punta de lanza de un movimiento que tiene que surgir en el oficio de la cocina mexicana. 

La benevolencia que se le he otorgado a estas comunidades tiene que terminar, siendo la gastronomía nacional el exponente mas claro de su función aglutinadora de lo nacional.

La crisis social actual es un resultado de la pobreza cultural provocada por el consumo excesivo y la adopción del liberalismo como remedio a todos nuestros problemas. La codicia, la avaricia,  la acumulación y el consumo excesivo son síntomas que vivimos día con día son curados con la trascendencia del ritual gastronómico. El valor del conocimiento alimenticio de los pueblos indígenas en nuestro país son políticos y económicos, guías para ayudarnos a superar la situación actual. La cocina tradicional mexicana es cultura comunitaria, económica, política y conglomeradora.
Hoy las identidades nacionales ya no son útiles para los neoliberales así que se dedican a desmembrarlas. En principio por el consumo de productos universales y patrones de consumo generalizadas facilitando el acceso a una identidad universal mediante las clases medias y altas y creando zonas de cultura universal desarticulando la arquitectura y consumo que crean estas identidades nacionales. Como podemos ver al pasar por Santa Fe en la ciudad de México. Por lo tanto la defensa de la identidad reside en la fuerza de nuestra cocinas. México así se conserva vivo.